CIENCIAS

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lunes, 22 de abril de 2019

DÍA DEL ÁRBOL Y DE LA TIERRA 

Este 22 de abril, como todos los años desde 1970, se celebra el Día Mundial de la Tierra. Un día especial que permite crear y ampliar la conciencia ciudadana sobre la necesidad de proteger el patrimonio ambiental mundial. Lo que un día fuera tarea de unos pocos, dedicados principalmente a la conservación, hoy se ha convertido en tarea de muchos preocupados por el entorno en que vivimos.

El Día de la Tierra se ha internacionalizado, convirtiéndose en un momento para evaluar los problemas medioambientales del planeta, como son: la contaminación del aire, agua y suelos; la destrucción de ecosistemas; los cientos de miles de plantas y especies animales amenazadas, y el agotamiento de recursos no renovables. Pero también es un día para proponer y promover las soluciones que permitan disminuir y/o eliminar los efectos negativos de las actividades humanas y las políticas que permitan reorientar el llamado desarrollo.  El Día de la Tierra o de la Madre Tierra, apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como ciudadanos ambientalmente conscientes y responsables. En el Día de la Tierra todos estamos invitados a participar en actividades que promuevan la salud de nuestro planeta, tanto a nivel global como regional y local.
El "Día del Árbol" se celebra en Colombia el 29 de Abril. Es una fecha para concientizar a la gente sobre la necesidad de proteger las superficies arboladas. Una jornada dedicada a plantar árboles en diferentes lugares, para frenar los efectos del cambio climático y la tala indiscriminada.
Los árboles son los mejores aliados, pues captan y recargan las fuentes de agua, liberan el oxígeno y capturan el dióxido de carbono. Por esa razón hay que fomentar una conciencia de protección, conservación y restauración de los bosques, haciendo un buen uso de los recursos naturales.
Hoy en día, la siembra de árboles simboliza otros elementos que están ligados a la planificación y al bienestar que el árbol y los ecosistemas urbanos deben proporcionar a los habitantes de las ciudades, bienestar que se genera a partir de una serie de servicios ambientales como la belleza paisajística, la regulación térmica y acústica, la regulación hídrica, la captura de CO2 y la emisión de O2 y la generación de hábitat, especialmente para la avifauna.