Millones de organismos
diminutos se deslizan sobre las mesas y sobre el suelo; flotan y se mueven en
las gotas de agua; se pegan en tu piel, y algunas veces, se introducen en tus
ojos, en tu nariz y en tu garganta. Estos seres diminutos son los microorganismos
o microbios.
Los microorganismos están formados por una sola célula; son unicelulares.
Hay tres grupos principales
de microorganismos: los virus, las bacterias y los protistas. Se incluyen
además los hongos unicelulares.
LOS VIRUS
Son tan pequeños que no se pueden
ver con un microscopio normal. Para observarlos, es necesario utilizar un
microscopio muy potente, llamado microscopio
electrónico.
Los virus no se consideran
verdaderos seres vivos. Pueden permanecer inactivos durante años, como si
estuvieran inertes (sin vida). Sin embargo, cuando un virus penetra dentro de
un organismo adecuado (llamado hospedador), se comporta como un ser vivo. Los
virus parasitan o invaden las células de plantas y animales, dividiéndose y
formando cientos de nuevos virus. Obligan a las células del hospedador a
producir muchas copias de sí mismos, y cada uno de estos nuevos virus también
se multiplica. En poco tiempo, se forman millones de virus, capaces de provocar
una enfermedad. En los seres humanos las enfermedades originadas por estos
microorganismos varían desde la gripe a la varicela.
Son microorganismos unicelulares (formados
por una sola célula) y se distinguen del resto de los seres vivos porque sus
células no tienen núcleo; son organismos procariotas. De hecho, esta diferencia es tan importante que las
bacterias forman, por sí solas, uno de los principales grupos de seres vivos; constituyen
el reino mónera.
Las bacterias pueden vivir en
multitud de lugares, desde lo alto de las montañas hasta las zonas más
profundas de los océanos, y también dentro de plantas y animales, ¡incluso
dentro de tu cuerpo!
Hay numerosos tipos de
bacterias. La mayoría son útiles y beneficiosas para nosotros. Sin embargo,
otras son perjudiciales y producen enfermedades en las personas y en los
animales. Las bacterias también pueden contaminar los alimentos y originar
intoxicaciones.
LOS PROTISTAS
Los protistas son también
microorganismos, pero están formados por una célula eucariota, en la que la información genética está protegida dentro
de un núcleo. Viven en casi todos los lugares y son especialmente abundantes en
el agua. Como la mayoría de los microorganismos, crecen y se reproducen muy
rápidamente.
Algunos protistas son parecidos a
las plantas, porque son capaces de fabricar su propia comida a partir de la luz
del Sol. Las diatomeas
pertenecen a este grupo de protistas; son un tipo de algas que viven en charcas
y océanos. Millones de diatomeas y otros protistas flotan en el mar,
constituyendo el plancton.
Otros protistas son semejantes
a animales diminutos, unicelulares, que se alimentan de pequeños trozos de
comida y reciben el nombre de protozoos.
En este grupo se incluyen los radiolarios,
que también forman parte del plancton. Los radiolarios son esféricos, como una
pelota, con docenas de espinas finas y muy largas. Otros protistas de este
grupo son las amebas, que se
deslizan por el fondo de las charcas. Las amebas se alimentan de bacterias y de
otros microorganismos.
LOS HONGOS
Otro grupo de organismos
vivos es el de los hongos, que obtienen los nutrientes absorbiendo los restos
de otros seres vivos; los más conocidos son las setas. Pero algunos hongos
también pertenecen al grupo de los microorganismos. Son hongos unicelulares, diminutos, generalmente con forma esférica.
Sin embargo, miles de estos hongos microscópicos pueden crecer juntos y forman
una especie de mancha visible a simple vista. Estos grupos reciben el nombre de
colonias.
¿SON MALOS
LOS MICROORGANISMOS?
Muchos provocan daños; otros, en cambio,
resultan muy útiles. Los protozoos conocidos como Plasmodium originan una terrible enfermedad llamada malaria. Esta enfermedad la transmiten
unos mosquitos que llevan, en su interior, miles de estos microbios. Otras dos
peligrosas dolencias, la enfermedad del sueño y la enfermedad de Chagas, son
causadas por el tripanosoma, otro protista.
Algunas bacterias pueden estropear
la comida, y podemos enfermar si tomamos alguno de esos alimentos contaminados.
Otras pueden entrar dentro de nuestros cuerpos y provocar enfermedades, como la
tuberculosis, la neumonía, la
fiebre tifoidea y muchas más.
Los virus también provocan
numerosas enfermedades, como los resfriados, la gripe, la varicela, el
sarampión, la rabia, la hepatitis o el SIDA. El virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH) provoca una enfermedad denominada síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Algunos hongos microscópicos
también pueden crecer sobre otros seres vivos o también en su interior,
provocando enfermedades, como el pie de atleta en los seres humanos, la tiña en
personas y animales, y el mildiu en las plantas.
¿SON ÚTILES
LOS MICROORGANISMOS?
Muchas bacterias, protistas
y hongos microscópicos resultan extraordinariamente útiles.
Numerosos microorganismos viven en los
suelos: un puñado de tierra fértil puede contener tres millones de
microorganismos. Descomponiendo la materia orgánica, permiten un reciclaje de
los elementos minerales, indispensables para la vida.
En el medio acuático, las
algas unicelulares, cuya masa total es superior a la de las plantas terrestres,
producen una gran parte del oxígeno del planeta. Las diatomeas son una
importante fuente de alimento para los peces; forman parte del plancton que
flota en los océanos. El plancton
está formado, en su mayoría, por organismos microscópicos. Numerosos animales
oceánicos se alimentan de plancton.
Algunos hongos microscópicos son
muy útiles, como las levaduras.
Nosotros utilizamos las levaduras para cocinar, levantar la masa de pan cuando
se hornea y para producir vino y cerveza.
Otros microorganismos viven con plantas
o animales en una asociación tan estrecha, llamada simbiosis, que son absolutamente indispensables para su
supervivencia. Incluso los seres humanos albergamos en nuestro intestino
millones de bacterias, levaduras y protozoos.